En el cuento "Sur", Jorge Luis Borges hace que el protagonista , sin razón aparente, busque a un gato. No se sabe si en el contexto del cuento, el gato marca la situación semiilusoria que el protagonista vive más tarde en el cuento, o si Borges quiso simplemente contar qué piensa de los gatos. De hecho, los conoce bien: en todas las fotos, su blanco Beppo se revuelca a sus pies de placer. Pero vean cómo elige las palabras Borges, con qué delicado equilibrio filosófico que le ganó fama mundial :
"En el hall de la estación advirtió que faltaban treinta minutos. Recordó bruscamente que en un café de la calle Brasil (a pocos metros de la casa de Yrigoyen) había un enorme gato que se dejaba acariciar por la gente, como una divinidad desdeñosa. Entró. Ahí estaba el gato, dormido. Pidió una taza de café, la endulzó lentamente, la probó (ese placer le había sido vedado en la clínica) y pensó, mientras alisaba el negro pelaje, que aquel contacto era ilusorio y que estaban como separados por un cristal, porque el hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del instante."
Eternos, mágicos : gracias que nos prestan su presencia. La coincidencia es ilusoria. Siempre estamos acariciándolos a través de un vidrio.
Si te gusta la literatura, no te pierdas este hermoso Poema para un gato.
BEPPO
El gato blanco y célibe se mira
en la lúcida luna del espejo
y no puede saber que esa blancura
y esos ojos de oro que no ha visto
nunca en la casa son su propia imagen.
¿Quién le dirá que el otro que lo observa
es apenas un sueño del espejo?
Me digo que esos gatos armoniosos
el de cristal y el de caliente sangre,
son simulacros que concede el tiempo
un arquetipo eterno.
Así lo afirma, sombra también,
Plotino en las Ennéadas.
¿De qué Adán anterior al paraíso,
de qué divinidad indescifrable
somos los hombres un espejo roto?
0 comments:
Publicar un comentario