Los perros y gatos se parecen mucho más a nosotros de lo que pensamos, hasta el punto de que también son cosquillosos. Esta es una sensación que sienten cuando acariciamos determinadas zonas de su cuerpo donde se concentran una gran cantidad de terminaciones nerviosas. Sin embargo, a diferencia de los humanos y los primates, nuestras mascotas no son capaces de sentir todo tipo de cosquillas.
Lee el siguiente artículo para saber si los gatos tienen cosquillas, cómo hacérselas y si les gusta.
¿Los gatos sienten las cosquillas?
Antes de explicar si los gatos son cosquillosos o no, debemos definir qué significa este término. En términos generales, se denomina cosquillas a la reacción o sensación que se produce cuando se frotan o tocan determinadas partes del cuerpo. A nivel fisiológico, podemos decir que las cosquillas son la expresión de señales nerviosas relacionadas con la estimulación de los receptores del tacto y del dolor.
Según lo pronunciadas que sean las cosquillas, podemos hablar de dos tipos:
Knismesis: se refiere a una ligera sensación de cosquilleo provocada por un ligero roce, produciendo una sensación generalmente agradable de picor u hormigueo. Se cree que la knismesis es una reacción del cuerpo para alertar sobre la presencia de insectos o arañas en la piel.
Gargalesis: se refiere al cosquilleo más enérgico que produce risa involuntaria y ocurre principalmente cuando se aplica mayor presión en ciertas áreas del cuerpo. La reacción también tiende a ser más intensa que en el caso de la knismesis.
En general, se cree que todos los animales son capaces de sentir el cosquilleo asociado con la knismesis. La gargalesis, sin embargo, es un fenómeno único en humanos y primates porque es un mecanismo asociado con el juego que provoca una respuesta única en estas especies, la risa. Por lo tanto, los gatos pueden sentir cosquillas, pero solo cuando está asociado con knismesis.
¿Dónde sienten cosquillas los gatos?
Habiendo establecido que nuestros gatos son capaces de sentir cosquillas, pasemos ahora a explicar qué partes de su cuerpo pueden provocar la conocida knismesis.
Hay tres lugares clave donde se les puede hacer cosquillas a los gatos: la barbilla, las mejillas y la base de la cola, áreas donde los gatos tienen glándulas odoríferas que liberan feromonas.
Es probable que experimente una agradable sensación de cosquilleo al tocar estas zonas, que podemos identificar mediante las señales descritas en el siguiente apartado.
Si quieres saber más sobre cómo acariciar a un gato, lee este otro artículo sobre los mejores lugares para acariciar a un gato.
¿Cómo saber si a un gato le gusta que le hagan cosquillas?
Existen una serie de señales por las que podemos saber si a nuestro gato le gusta que le hagan cosquillas, como por ejemplo:
Ronroneo: un sonido emitido por los gatos y generalmente asociado con una sensación de bienestar, satisfacción y placer.
Amasado: un gatito amasa el vientre de su madre para hacerle saber que tiene hambre y está listo para su leche. Muchos gatos continúan amasando hasta la edad adulta cuando se sienten tranquilos, contentos y con sueño.
Cerrar los ojos: Los ojos entrecerrados o entrecerrados son señal de afecto, relajación y confianza. Si un gato parece que está a punto de quedarse dormido, está relajado y confía en ti.
Por el contrario, cuando las cosquillas son desagradables, los gatos tienden a mover las orejas, tensar los músculos y sacudir la cabeza o las patas. Si no somos conscientes del malestar que le estamos causando, lo más probable es que el animal se aleje de nosotros y, finalmente, nos rasque o muerda para mostrarnos su malestar.
¿Cómo hacerle cosquillas a un gato?
Si quieres hacerle cosquillas a tu gato, primero debes elegir un momento en el que esté relajado y receptivo para disfrutar de estas caricias. Recuerda que las caricias, como cualquier otra muestra de cariño, ayudan a fortalecer el vínculo con nuestras mascotas. Por eso, es importante seleccionar los momentos adecuados para que la interacción sea siempre positiva.
Si crees que tu gato es receptivo, puedes proceder tocando suavemente algunas de las áreas clave que recomendamos en las secciones anteriores. Al mismo tiempo, debes analizar su lenguaje corporal para determinar si a tu gato le gusta que le hagan cosquillas. Si es así, puedes continuar acariciando ese lugar o buscar otros lugares que también le gusten. Debes ir descubriendo poco a poco qué preferencias tiene tu gato a la hora de acariciarlo, ya que cada gato tiene sus gustos.
Zonas a evitar
Por último, es importante que sepas que hay determinadas zonas en las que debemos evitar las cosquillas. Las piernas, el vientre y la cola son usualmente áreas donde a los gatos no les gustan las cosquillas. También es posible que no les gusten otras áreas, según sus preferencias individuales.
Por ello, es fundamental prestar atención a las señales que muestra nuestro gato cuando lo acariciamos y evitar hacerle cosquillas en las zonas que lo ponen tenso o incómodo. De lo contrario, es probable que muestren su malestar dándonos un arañazo o un pequeño mordisco.
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