Cuando compartes tu vida con un gato, conoces la comodidad de tener un amigo cariñoso cerca para recoger y acurrucarse. Pero, ¿y si tu gatito no quiere dejar el suelo para recibir un abrazo?
Sigue leyendo para conocer algunos trucos para aprender a levantar a un gato de una manera que los haga felices a ambos.
Cómo levantar correctamente a un gato
¿Por qué es tan difícil levantar un gato?
Tu gato puede parecer distante o desinteresado y, a veces, puedes pensar que simplemente no le gustas tanto. Cuando intentas abrazarlo, su atención puede ser desviada por un ratón de juguete, su plato de comida o su lugar favorito en la ventana.
No hay necesidad de preocuparse, todavía te ama. A algunos gatos simplemente no les gusta que los carguen. Si un gato no se socializó adecuadamente con los humanos desde el principio, tenderá a ser más temeroso. Los gatos conservan muchos de sus instintos salvajes, y si anteriormente no estaban cerca de humanos a menudo (o si estaban cerca de un humano no tan agradable), serán un poco asustadizos, incluso en su amoroso hogar.
A menudo, la falta de voluntad de un gato para ser sostenido (o no) es una característica de la raza. Uno de los gatos más cariñosos que encontrarás es el Sphynx sin pelo. Es juguetón y ama a su gente. El Ragdoll, un hermoso gato con pelaje suave, es otra raza que exigirá que lo levantes y lo lleves.
Aunque tiene un pelaje lujoso que hace que quieras acariciarlo todo el día, así como una personalidad dulce, la gata bengalí es difícil de levantar y abrazar. Manteniendo gran parte de su "salvaje", es activo y atlético y tiene lugares para estar que no incluyen tus brazos.
Todo está en el tiempo
El mejor momento para levantar a un gato es cuando él quiere que lo levantes, y la mejor manera de determinar esto es leer el lenguaje corporal de tu gato.
Las señales cariñosas, como frotar, lamer y una cola alegre, significan que están felices. Este sería un buen momento para tomar a su gato en sus brazos para darle un abrazo. Si su cola es tupida o te da un maullido hostil, no la levantes en primer lugar. Si se retuerce o muerde una vez que está en tus brazos, bájalo inmediatamente. Cuando los gatos están en brazos, pueden sentir que no tienen el control de la situación y querrán alejarse lo antes posible.
Habrá ocasiones en las que no tengas más remedio que recoger a tu gato. Si está oliendo comida peligrosa o en un lugar donde no debería estar (la bañera, el fregadero de la cocina, todos esos lugares a los que les gusta pasar el rato), entonces no tienes más remedio que recogerlo. Aunque este no sea el abrazo afectuoso con el que has estado soñando, disfruta el momento. Luego agáchate rápidamente y bájalo al piso en un lugar seguro.
Hay momentos en los que no debe tratar de recoger a tu gato, especialmente en situaciones estresantes, como con una persona nueva en el hogar, una pelea con otra mascota de la familia o un viaje al consultorio del veterinario. No se recomienda cargar a un gato cuando está asustado, sin importar cuánto quieras consolarlo, porque es probable que te ataque.
Cómo recoger a un gato de forma segura
Los gatos se asustan con los movimientos repentinos, por lo que lo mejor es que sean lentos y constantes. Comienza extendiendo tu mano para que pueda olerte o frotar su cabeza contra tus dedos, indicando que está de buen humor. Cuando lo levantes, usa ambas manos. Ya sean grandes o pequeños, todos los gatos deben sujetarse con las dos manos.
Para levantar a tu gato de manera segura, coloca una mano debajo de sus patas delanteras y coloca la otra mano de modo que sostenga sus patas traseras y sus cuartos traseros. Puedes colocarlo de modo que sus cuartos traseros estén sostenidos por el hueco de tu brazo. Deberías terminar acunado de forma segura o sentado en un brazo como un conejo, mientras que tu otro brazo hace el cinturón de seguridad de un gatito. Las patas de un gato nunca deben colgar, ya que esto puede hacer que se sienta sin apoyo e inseguro.
Cuando vuelvas a poner a tu mascota en cuatro patas, bájala siempre al suelo. Un salto de tus brazos probablemente no la lastime, pero tampoco la hará sentir apoyada. A menos que necesite sostenerlo por razones de seguridad, nunca lo sujetes con demasiada fuerza ni lo ignores cuando se retuerce para que lo sueltes.
Sostener a tu gato no debería ser una situación estresante para ninguno de los dos. Incluso si se niega a acostarse tranquilamente en tus brazos, puede expresar su afecto de otras maneras, como acurrucarse contigo en el sofá o acurrucarse a tus pies en la cama. Busca esos pequeños momentos en los que te muestra cuánto te ama.
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