Los gatos son animales cariñosos a los que les encanta relajarse en el sofá con sus compañeros. Les encanta que les acaricien en lugares como la nuca. A otros les encanta que les rasquen la base de la cola, sin embargo, ¿qué significa que un gato te deje tocar sus patas?
En este artículo de Solo Gatos vamos a hablar sobre cómo conseguir que tu gato te deje tocar sus patas, qué significa cuando te lo permite y algunos datos curiosos sobre las patas de los gatos. ¡Sigue leyendo para aprender más!
¿Qué significa cuando un gato te deja tocar sus patas?
Datos curiosos sobre las patas de los gatos
Para saber qué significa cuando un gato te permite tocar sus patas y cómo lograr que confíe en ti lo suficiente como para hacerlo, primero echemos un vistazo a algunos datos divertidos sobre las patas de los gatos:
1. Las almohadillas sudan y sirven para marcar territorio
Los gatos sudan principalmente por las patas porque la gran mayoría de las glándulas sudoríparas de los gatos se encuentran en la parte inferior de las almohadillas. Además de las glándulas sudoríparas, existen otras glándulas ecrinas especializadas que producen olores que les permiten marcar el territorio por donde caminan, rascan o amasan. De esta manera, dan a conocer que este lugar ya tiene dueño.
2. Sus almohadillas combinan con su pelaje
Las almohadillas combinan con el color del pelaje y la piel del gato ya que actúa el mismo pigmento. Es por eso que los gatos negros tienen almohadillas negras y los gatos blancos tienen almohadillas rosadas. Si tu gato tiene dos colores diferentes, es muy probable que sus almohadillas también tengan esos colores.
3. Se lavan las patas con frecuencia
Sabemos que los gatos son muy limpios ya que los vemos limpiándose solos a lo largo del día. Se lavan especialmente las patas, ya que sus patas se ensucian después de caminar, correr y saltar. De hecho, algunos gatos se lavan el pelaje o las patas al instante cuando su compañero los besa o los acaricia.
4. Caminan de puntillas
Los gatos son animales digitígrados, lo que significa que en lugar de caminar como nosotros, con los talones y las plantas de los pies, caminan de puntillas, como bailarinas. Solo se sostienen con los dedos de los pies cuando caminan. Esto es natural y cómodo para ellos simplemente por sus cuerpos biológicos y también es beneficioso ya que les ayuda a estar tranquilos y cuidadosos al caminar, correr o saltar, lo que los convierte en animales extremadamente sigilosos.
5. Su pata delantera y trasera se mueven juntas
Al igual que los camellos y las jirafas, los gatos caminan moviendo primero la pata delantera y trasera del mismo lado y luego la misma pero del lado opuesto. Además, con la pata trasera de un lado pisan en el mismo lugar donde la pata delantera dejó su huella, lo que los convierte en caminantes muy precavidos.
6. Tienen una gran sensibilidad en sus patas
Debido a los numerosos nervios y vasos sanguíneos que tienen en las almohadillas de sus patas, un corte o herida en la pata les causa mucho dolor y mucho sangrado. Además, esta sensibilidad les permite conocer la temperatura de la superficie por donde caminan, el estado del terreno y sus características.
7. Tienen garras retráctiles
Sus uñas suelen guardarse en una funda de cuero debajo de las almohadillas que evitan el desgaste y les permiten caminar tranquilamente. La queratina, de la que están hechas, las hace crecer. Solo las sacan cuando trepan o se defienden. Además, se rascan para mantener sus garras afiladas y listas para usar si la situación lo requiere. Por eso es importante proporcionarles rascadores para evitar que rayen los sillones o las cortinas de nuestra casa.
8. Prefieren una pata
Los estudios han demostrado que, al igual que las personas son zurdas o diestras, la mayoría de los gatos tienden a preferir una pata sobre la otra. Puedes comprobarlo jugando con tu gato con algo difícil de cazar, pondrá su pata preferida o dominante para ser más preciso y atrapar el juguete.
9. Gran flexibilidad
Sus patas son muy flexibles y capaces de trepar, ya que pueden usar sus patas traseras hacia adelante para trepar. Sin embargo, bajar es una historia diferente ya que sus patas delanteras no están preparadas para eso. Por eso les cuesta más bajar de lugares altos, e incluso a veces se atascan y necesitan ayuda para bajar.
10. El número de dedos puede variar
La mayoría de los gatos tienen 18 dedos, 5 en cada pata delantera y cuatro en cada pata trasera. Sin embargo, hay gatos que muestran polidactilia o más dedos de lo normal debido a mutaciones genéticas. Esto es más común en los gatos Maine Coon.
¿Por qué mi gato no me deja tocar sus patas?
A continuación, hablaremos de diferentes razones por las que un gato puede no querer que le toques las patas:
Dolor
Como hemos mencionado, los gatos tienen mucha inervación en sus patas y sus almohadillas. Aunque son resistentes a pesar de su apariencia, se pueden dañar. Cuando un gato pisa algo afilado, como una aguja, una chincheta o un clavo, sus vías nerviosas se activarán y el gato sentirá mucho dolor. Esto quiere decir que cuando quieras acercarte a sus patas, puede que las aleje o incluso te ataque para evitar más dolor con tu contacto.
Por lo tanto, si tu gato sigue rechazando que le toquen las patas y además presenta otros síntomas, como cojear o maullar, es probable que se haya lastimado la pata. Si este es el caso, es importante que lo lleves al veterinario lo antes posible.
Quieren protegerse
Los gatos esconden sus uñas dentro de sus patas cuando no las necesitan. De esta manera, protegen sus uñas para que no se rompan o dañen. Por lo tanto, si tu gato no confía en tus intenciones, es posible que no te permita tocar sus patas. Pueden alejar sus patas, huir o incluso atacarte para hacerte saber que te has comportado de manera inapropiada y los has hecho sentir incómodos.
Todavía no confían en ti
Otra razón similar es que no confían en ti o que tu vínculo aún no es lo suficientemente bueno. Este puede ser el caso si no es tu gato, quizás sea el gato de un amigo o el gato de tu pareja, o quizás lo acabas de adoptar y necesita más tiempo para acostumbrarse a ti y a su nuevo hogar.
En estos casos, primero querrá trabajar en su vínculo con ellos. Puedes hacer esto jugando con ellos, acariciándolos cuando están relajados y alimentándolos con deliciosa comida para gatos de alta calidad. Recuerda ser paciente ya que los gatos necesitan más tiempo para acostumbrarse a un nuevo compañero.
Trauma pasado
Si su gato sufrió un trauma en el pasado que involucró su pata, puede tener más cuidado al permitir que las personas se acerquen a él. Probablemente las protegerán más al recordar el dolor que sufrieron en el pasado. Si este es el caso de tu gato, simplemente necesitarás ser más paciente y tener en cuenta lo que pasó.
No lo acaricias bien
A los gatos les gustaba que los acariciaran de cierta manera. El tacto debe ser suave por lo que se debe evitar apretar, quedar rígido o cualquier movimiento brusco. Si los acaricias de otra manera, pueden sentir dolor o malestar. Comience poco a poco, acariciándolo suavemente en lugares donde a los gatos generalmente les gusta que los acaricien, como las orejas o el cuello. Y luego puedes acariciar suavemente su espalda, la base de su cola y eventualmente sus patas.
Obtén más información en nuestro artículo sobre los mejores lugares para acariciar a un gato.
Osteoartritis
Si su gato sufre de osteoartritis, puede tener más cuidado al permitir que le toquen la pata o que la toquen en general, ya que puede producir mucho dolor. Asegúrate de ser comprensivo si tu gato sufre esta enfermedad o cualquier otra que le cause dolor.
Habla con su veterinario y respeta sus límites. Una vez que se recuperen o reciban el tratamiento adecuado, es posible que puedas brindarles el cariño como lo hacías antes de que fueran diagnosticados.
Simplemente no les gusta ese tipo de cariño
Por último, es posible que a tu gato simplemente no le guste este tipo de afecto. Algunos gatos disfrutan de las caricias en ciertas áreas, mientras que otros no. En este caso, esto tiene más que ver con su educación y personalidad que con su vínculo contigo. Te sugerimos que simplemente los respetes y les brindes el cariño de la forma que más les gusta.
¿Cómo puedo hacer que mi gato me deje tocar sus patas?
Para lograr que tu gato te deje tocar sus patas, primero deberás asegurarte de tener un buen vínculo con él. Antes de intentar tocar sus patas, tu gato necesitará amarte y confiar en ti. También deberás asegurarte de que no tenga dolor, ya que no querrá que lo toquen si siente dolor. Si han tenido algún trauma en el pasado, necesitarán curarse antes de permitirle tocar un área tan sensible.
Si tu gato tiene problemas de comportamiento y es un desafío para ti vincularte con él, es posible que debas ponerte en contacto con un especialista en comportamiento felino. Dicho esto, echemos un vistazo a algunos de nuestros consejos para que tu gato te deje tocar sus patas:
- Elige el momento adecuado: es mejor acariciar o sostener la pata de tu gato cuando está medio dormido o simplemente relajado. De esta forma, ya estará tranquilo e interpretará tu comportamiento como cariño.
- Primero dale un poco de cariño: para que se relaje y entienda que solo le estás dando cariño, empieza por acariciarlo en sus lugares favoritos. A algunos gatos les encanta recibir cariño en la parte posterior de las orejas, a otros les gusta que les acaricien la nariz con delicadeza.
- No toques la parte interior de su pata: cuando empieces a acariciarle la pata, empieza por la parte exterior, donde está su pelaje. Lo más probable es que te permitan acariciar esa parte de su pata, ya que no es tan sensible como la de adentro que tiene más receptores.
- Ten paciencia: ten mucha paciencia y mantén la calma. Los gatos son muy atentos y pueden detectar tus sentimientos, por lo tanto, si estás nervioso o hiperactivo lo sentirán y les impedirá relajarse.
- Acarícialo con delicadeza: comienza con caricias muy suaves y observa si lo acepta. Por lo general, los gatos realmente disfrutan de los rasguños más intensos en la parte posterior de las orejas o incluso en el cuello, pero no en las patas, así que mantenlo suave.
- No lo fuerces: tómate tu tiempo y no fuerces a tu gato. Solo acaricia su pata si se siente cómodo con esto.
uuh, hace unos dias me llego un michito rescatado de la calle, es el primero que me toca que le encanta que le tomen sus patitas e incluso que se las apreten un poco, asi como que le den gopecitos en la panza
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