Los gatos, aunque muestran la imagen de ser misteriosos y enigmáticos, son animales muy comunicativos y expresivos. Al igual que los seres humanos, han desarrollado prácticamente todos los sentidos, sus mejores habilidades de comunicación son la vocal, táctil, visual y olfativa. Sin embargo, su principal forma de comunicación es el lenguaje corporal gatuno. Puede ser tan preciso, que si aprendemos a descifrarlo, sabremos en todo momento lo que nuestro gato nos quiere decir.
Incluso si tú y tu gato no hablan el mismo idioma, aún pueden comunicarse y hacerlo con fluidez. Infórmate y conoce más sobre el lenguaje y la comunicación de los gatos, en este artículo.
Lenguaje y comunicación de los gatos
El lenguaje corporal dice más que mil palabras
El sistema de lenguaje y comunicación de los gatos es realmente interesante. Su mayor especialidad es en la zona del cuerpo. A los gatos les encanta mover el cuerpo para expresar estados de ánimo, deseos y aversiones.
Presta atención a cada movimiento de tu gato, puede que no sean simples acciones, pero está tratando de decirte o preguntarte algo. Posturas, miradas, posición de las orejas, expresiones faciales y movimiento de la cola, todo esto se enfoca en la parte de tu mente.
Aquí hay algunas pistas para revelar los misterios de los gatos:
Si tu gato lleva las orejas hacia delante es que está alerta, interesado en algo o contento. Si las tiene de costado o hacia abajo, es posible que estés un poco irritado, enojado o asustado por algo.
Si tiene la espalda encorvada, cuando pones la mano para acariciarla es señal de que le interesa y de que le gusta. Si por el contrario se encoge, significa que en ese momento no quiere tener contacto físico.
Cuando tengo la cola erguida es que está alerta por algo o feliz. Si el pelaje al final de su cola está parado, es señal de que está asustado o molesto. El típico rabo entre piernas es que está ansioso o avergonzado por alguna travesura que acaba de realizar. Cuanto más rápido se balancea la cola de un lado a otro, significa su nivel de enfado, esto también lo puedes detectar por el estado de sus pupilas, cuando están totalmente dilatadas es que tu gato está muy agitado.
Si ves que tu gato esponja o parece agrandarse, tiene espasmos en la cola y abre la columna vertebral, no quiere verte cerca. Estos son signos de posible agresión.
Las demostraciones físicas
Los gatos que tienen una buena autoestima, con intención de lucirse, arañan superficies frente a otros gatos más tímidos. Cuando tu gato esté muy contento verás como amasará cualquier zona blanda que encuentre.
Para marcar territorio frota su barbilla y su cuerpo contra el objeto de su afecto, este podría ser un juguete, un mueble e incluso tú. Los gatos siempre están marcando lo que creen que es de su propiedad, esto quiere decir que tu gato además de quererte, se considera tu dueño.
Oler para creer
Los gatos no solo huelen por la nariz, también inhalan conocimiento. Su proceso de aprendizaje se debe en gran medida a su capacidad olfativa. Existe algo que se llama “marcado por el olor” y básicamente significa que tu gato está dejando su esencia donde quiere ir. Para realizar este traslado suelen frotarse con todo, de esta forma, otros gatos olerán su presencia en ese lugar y sabrán que es parte de su territorio o que han pasado por allí.
Su sentido del olfato es tan importante que han desarrollado evolutivamente un pequeño órgano adicional (que pocas criaturas tienen en el reino animal y que apoya el sentido del olfato tradicional) llamado “El Órgano de Jacobson”.
Este órgano se encuentra en el techo de la boca, detrás de los dientes y está conectado a la cavidad nasal. Para los gatos, la acción de oler es toda una experiencia, el órgano de Jacobson absorbe las moléculas de olor, intensificando las fragancias y al mismo tiempo aportando aún más información sobre el objeto perfumado.
El gato maúlla
Muchos gatos solo necesitan hablar, se comunican entre ellos y con sus dueños. Los sonidos de los gatos son muy diferentes entre sí y no son tan complicados de identificar. La intensidad, el tono y la frecuencia del maullido reflejan emociones y necesidades.
Por ejemplo, si tu gato está tumbado boca arriba y ronronea (el típico ronroneo) es que se siente totalmente relajado.
No obstante, si es lo mismo tumbado pero gruñendo, déjalo en paz, te está pidiendo que le des su espacio. Atención si el ronroneo es diferente al habitual, quizás a tu gato le haga daño algo.
Si escuchas un patrón de maullidos durante mucho tiempo, es posible que tu gato tenga hambre y esté pidiendo comida. Al igual que si ese patrón son gritos intensos, gruñidos e incluso silbidos, tu gato podría comportarse de manera agresiva.
Otro tipo de maullido es el que experimentan durante el celo de los gatos. Es muy importante saber que una gata en celo es susceptible de escaparse de nuestro hogar, con todo lo que ello conlleva.
Prestar atención a todas las formas de expresión, hacer el esfuerzo de entender y luego traducir su lenguaje, te ayudará a construir una mejor relación con tu mascota.
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