Los gatos en invierno necesitan regular su temperatura corporal para no pasar frío.
Son animales muy sensibles a los cambios de temperatura, mucho más que nosotros, por eso es normal que durante los fríos días de invierno notes como tu gato escondido entre las mantas o cerca del radiador.
Además, tienen un mecanismo natural de renovación o muda del pelaje que les ayuda a preparar su pelo para el invierno. Si el gato vive en el exterior puede necesitar un aporte extra de alimento para mantener su calor corporal, sin embargo, los felinos caseros que viven dentro de casa y no realizan ejercicio pueden engordar si les damos más comida de lo habitual porque no queman calorías.
En este post aprenderemos más sobre los gatos y el frío y cómo mantener saludables a nuestras mascotas en invierno.
Protege a tu gato del frío
En general, los gatos caseros deben seguir en invierno con la misma dieta que el resto del año, salvo que el veterinario indique lo contrario. La comida balanceada para gatos contiene vitaminas y minerales necesarios para fortalecer las defensas de nuestro minino. Si le gusta pasear al aire libre debes extremar el cuidado en los días de más frío y evitar que pase mucho tiempo fuera de casa. Si un día de nieve, heladas o frío intenso tu gato sufre una hipotermia debes actuar con rapidez, abrigarte con una manta, frotar con energía su cuerpo y acercarle alguna fuente de calor.
Hay gatos más sensibles al frío y que necesitan mayor protección:
- Gatos de poco pelo. Los gatos que tienen poco pelaje como el Siamés o presentan ausencia como el Esfinge necesitan más abrigo que los gatos peludos que cuentan con un abrigo de pelo natural. Proporciónale mantas e incluso un jersey para cubrir el lomo y evitar enfriamientos.
- Gatitos pequeños. Los cachorros o gatos jóvenes tienen un sistema inmune poco desarrollado y son más vulnerables que los gatos adultos. Cuídalo bien, dale una alimentación especial para gatitos y protégelos del frío.
- Gatos mayores. Los gatos de más de 7 años tienen las defensas más debilitadas y pueden presentar problemas de la edad que empeoran su capacidad para aguantar el frío.
- Gatos enfermos. Los gatos que tienen una enfermedad tienen las defensas bajas y son más susceptibles al frío y a los resfriados. Además, las enfermedades articulares del aparato locomotor como artrosis y artritis empeoran con la llegada del frío.
¿Y si se ha resfriado? Notarás que tu gato esta resfriado porque presenta síntomas similares a los de los humanos, ojos lloros, estornudos, mucosidad, apatía…. En este caso llévalo al veterinario para evitar que el resfriado se complique y que pueda afectar a sus pulmones.
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