Los gatos que no dejan de rascarse el cuello suelen tener parásitos como pulgas o garrapatas que necesitan ser tratados. Una herida en proceso de curación también puede causar picazón y, finalmente, podría ser una respuesta alérgica a cosas como los ácaros domésticos o algo en la dieta de tu gato.
¿Por qué mi gato se rasca el cuello?
Pulgas
Las pulgas son una de las causas más comunes de rascarse y lamerse compulsivamente. Estos molestos parásitos se esconden en el pelaje de tu gato, evitando potencialmente la detección durante meses, o hasta que un dueño observador descubre que algo anda mal. Para entonces, es probable que la picazón se haya convertido en una seria fuente de dolor para tu pobre gatito.
Las pulgas son más astutas de lo que pensamos; solo dedican una pequeña parte de su ciclo de vida a tu gato. El resto se gasta en el hogar: en tus cortinas, en una cama o en tu alfombra. Están esperando volver tan pronto como terminen los tratamientos contra las pulgas. Por eso es importante ser muy minucioso y tratar a todas sus mascotas y muebles al mismo tiempo. Si no lo haces, es muy probable que sigan regresando.
Hay algunos productos muy efectivos que funcionan contra pulgas y garrapatas, pero tendrás que seguir las instrucciones cuidadosamente y tratar a todas tus mascotas al mismo tiempo.
Cómo comprobarlo: sabes que hay una infestación de pulgas cuando detectas pequeños puntos negros que se pueden ver al examinar cuidadosamente la piel. Pasar el pelaje con un buen peine antipulgas también puede resultar útil para determinar si tu gato necesita un tratamiento antipulgas.
La solución: si no has logrado prevenir las pulgas, tendrás que comprar un tratamiento en forma de tabletas o productos tópicos. Recomendamos elegir un producto antipulgas que esté avalado por los veterinarios, ya que esos productos siempre contienen suficientes ingredientes activos para ser efectivos. Para aprovecharlos al máximo, deberád seguir cuidadosamente las instrucciones del paquete.
Garrapatas
Las garrapatas pueden portar todo tipo de enfermedades.
Estos chupasangres espeluznantes son muy comunes en todo el mundo y son más activos durante la primavera y el otoño. Las garrapatas se ven como pequeñas arañas de ocho patas que varían en tamaño de 1 mm a 10 mm (o media pulgada), lo que las hace lo suficientemente grandes como para detectarlas a simple vista. Las garrapatas pueden causar mucha picazón y deben eliminarse lo antes posible porque son portadoras de todo tipo de enfermedades peligrosas.
Cómo comprobarlo: puedes comprobar si tu gato tiene garrapatas pasando sus manos por su cuerpo y sintiendo golpes. Una garrapata chupa sangre y se hincha más, lo que las hace más fáciles de detectar cuanto más tiempo han estado adheridas a la piel. Las áreas importantes para buscar garrapatas son el cuello, la cabeza y las patas de tu gato.
La solución: si encuentras una garrapata, no intentes quitarla con las manos desnudas o con pinzas. Si lo haces, es más probable que empujes la garrapata más dentro de la piel, lo que aumenta las posibilidades de infección. La mejor forma de eliminar las garrapatas es con un eliminador de garrapatas especial.
Heridas de cuello
Las heridas pueden picar mucho durante el proceso de curación.
Si alguna vez has tenido una herida grande, es posible que hayas sentido una picazón incontrolable en ocasiones durante el proceso de curación. Por lo tanto, los gatos que siguen rascándose el cuello en el mismo lugar no solo deben ser examinados para detectar parásitos como garrapatas y pulgas, sino también costras y heridas en la piel.
La cicatrización de una herida se puede interrumpir fácilmente con garras afiladas. Entonces, si tu gato está reabriendo constantemente la herida, seguirá picando porque nunca tendrá la oportunidad de curarse por completo.
Como revisar: Retira con cuidado los mechones de cabello y examina la piel en busca de heridas o costras. Asegúrate de revisar toda el área que rodea el lugar donde tu gato sigue rascando.
La solución: Si encuentras una herida, es importante que la mantengas limpia y seca para promover la curación y prevenir infecciones bacterianas. Lava suavemente la herida con agua hervida enfriada y luego aplica un poco de antiséptico de leucilina.
Puedes evitar que tu gato se rasque las heridas para abrirlas aplicando un juego de tapones suaves para uñas en las patas para evitar que se rasque más. Puedes quitártelos nuevamente una vez que la herida haya sanado por completo.
Si la herida ya ha comenzado a infectar, deberás llamar al veterinario de inmediato. Es probable que tu gato necesite una ronda de antibióticos.
Alergias / intolerancia alimentaria
Los problemas de la piel, las alergias a los alimentos y las alergias a los ácaros domésticos (atopia) pueden causar mucha picazón en el cuello, las orejas y la cabeza. Estos son más difíciles de identificar en casa, por lo que vale la pena hacer que un veterinario revise a tu gato si sospechas que uno de ellos es el culpable.
Como revisar: A menos que puedas detectar una erupción, es muy difícil, si no imposible, hacer un diagnóstico preciso sin la ayuda de un profesional calificado.
Soluciones posibles: Las dietas de eliminación pueden resultar útiles para verificar si algo en la dieta de tu gato está activando el sistema inmunológico. Si ves una erupción o enrojecimiento de la piel, querrás llevar a tu gatito a un veterinario para ver qué está causando estos problemas de piel. Es posible que puedan diagnosticarlo en ese mismo momento, o decidir raspar algunas muestras de piel para un examen más detallado.
Conclusión
Entonces, si te preguntas por qué tu gato sigue rascándose el cuello, ahora sabes qué buscar y cómo resolver el problema. Recuerda: si aún no sabes qué hacer, puedes llamar al veterinario y pedirle que le eche un vistazo. La picazón no es divertida, ¡y tu gatito apreciará mucho tu ayuda!
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