Desde el inicio de los tiempos, los gatos negros fueron considerados animales mágicos. En la época del antiguo Egipto eran sagrados y adorados, relacionados con el culto de la diosa Bastet. Matarlos era un crimen capital, y cuando el gato de una familia, moría, era momificado y la familia entraba en luto. Los romanos también consideraban al gato sagrado y lo introdujeron en Europa.
Sin embargo, durante la Edad Media, se relacionó a los gatos negros con la brujería y el mal, creyendo que eran brujas transformadas. Esto fue motivo de persecución, cacería y quema de gatos en hogueras. Lo que no tuvieron en cuenta fue que al disminuir la población de gatos, las ratas abundarían en los pueblos, propagando epidemias de peste. Afortunadamente, el oscurantismo acabó y los gatos negros pudieron vivir tranquilos otra vez.
En la Inglaterra victoriana se consideraba que si los recién casados se encontraban con una gato negro, esto simboliza prosperidad en el matrimonio. También los marineros creían que tener un gato a bordo traería buena suerte, y sus mujeres solían tener uno en casa, para “asegurar” el regreso de sus maridos después de la travesía.
En algunas partes de Europa, un gato negro que cruza su trayectoria se considera buena suerte; sin embargo, en EE.UU, y en las partes de Europa que ferozmente luchaban contra el paganismo, la asociación con las brujas los hizo ser considerados como portadores de mala suerte.
Existen muchas creencias acerca de los gatos negros. En Escocia, un gato negro extraño en la entrada de una casa o templo simboliza prosperidad. En Irlanda, cuando un gato negro cruza su trayectoria en el claro de luna, significada que va a haber una enfermedad epidémica. En Italia, si se pone en la cama de una persona enferma, esa persona morirá.
En los lugares donde las cazas de brujas no fueron muy populares, los gatos negros conservaron su estado como buena suerte, y todavía se consideran como tal en Gran Bretaña e Irlanda. Y en la cultura rumana e india, una de las supersticiones más fuertes todavía temidas es que los gatos negros que cruzan su trayectoria representen mala suerte, a pesar del hecho de que estas regiones nunca fueron afectadas por cazas de brujas o antipaganismo. Una superstición idéntica sobrevive también en América y en Europa central.
A pesar de todas las leyendas que envuelven a los gatos negros, los científicos los ven como animales de un valor muy positivo, ya que los genes que determinan su color puede ayudar a luchar contra las enfermedades. Por lo tanto, los gatos negros son más inmunes y tienen una mejor salud.
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