¿Los gatos tienen buena memoria? ¿Te ha pasado alguna vez que llamas a tu gato por su nombre y no reacciona? ¿Te sorprende que tu gato sea capaz de recordar cómo volver a casa, cuando estás seguro de que tiene amistades felinas a determinadas distancias de casa? ¿Memoria o instinto?
Muchas veces creemos que los animales, incluso los que han sido domesticados, no son capaces de recordar las cosas que les pasan y aprender de esas situaciones, pero cuando tienes una mascota en casa la experiencia parece demostrar lo contrario. ¿Quieres saber si tu gato tiene buena memoria? ¡Sigue leyendo este artículo!
¿Cómo funciona la memoria felina?
Como ocurre con todos los demás animales y con los humanos, la memoria felina reside en una sección del cerebro. El cerebro del gato ocupa menos del 1% de su masa corporal, pero cuando se trata de memoria, y también de inteligencia, el determinante es la cantidad de neuronas que están presentes en él.
De esta forma, un gato tiene trescientos millones de neuronas. ¿No sabes lo que esto significa? Entonces puedes hacer una comparación, los perros tienen solo ciento sesenta millones de neuronas, por lo que biológicamente la capacidad de retención de los gatos es mayor que la de los perros. Si quieres saber más, puedes leer cómo se compara el cerebro humano con el cerebro del gato.
Los estudios han demostrado que la memoria a corto plazo de los gatos es de alrededor de 16 horas, lo que les permite recordar eventos recientes. Sin embargo, para que estos eventos pasen a la memoria a largo plazo necesariamente debe ser de alguna importancia vital para el gato, para poder hacer la selección y guardar ese evento como algo que podría ser útil para el futuro. Se desconoce el mecanismo exacto a través del cual todavía se hace esto.
La memoria de estos felinos domésticos además de selectiva es episódica, es decir, son capaces de recordar la ubicación de cosas, ciertas personas, rutinas, eventos positivos o negativos, entre muchos otros, porque ya los han vivido, y según la intensidad de las sensaciones de esas vivencias es lo que almacena o no en la corteza cerebral toda esa información.
Al igual que ocurre con los humanos, diversos estudios han demostrado que en muchos felinos la capacidad cognitiva, y por tanto la memoria, se deteriora y pierde al llegar a la vejez, lo que se traduce en una condición denominada disfunción cognitiva felina, que afecta a los gatos a partir de los 12 años. Por supuesto, no todo el mundo sufre.
¿La memoria permite que el gato aprenda?
La observación y las propias experiencias son las que le permiten al gato aprender todo lo que necesita para vivir cómodamente. ¿Cómo aprovechas las cosas observadas y vividas? Pues a través de la memoria, que selecciona lo que te será útil y te permite reaccionar de la forma más adecuada a tus intereses la próxima vez que ocurra la misma situación.
La memoria del gato funciona de esta forma tanto en el hogar como en la naturaleza, ya que desde pequeños miran a su madre para aprender todo lo que necesitan. Este proceso de aprendizaje a través de la memoria está ligado a las sensaciones que experimentó el gato durante la experiencia, sean buenas o malas. De esta forma, es capaz de reaccionar ante estímulos relacionados con la hora de la comida, como huir de aquellas personas o mascotas que han intentado hacerle daño.
Este sistema permite al gato mantenerse a salvo de posibles peligros, al tiempo que identifica a su dueño y recuerda todo lo positivo que es capaz de asociar con él, como comida deliciosa, amor y horas de juego.
Lo que aprende el gato tiene que ver directamente con los beneficios que se pueden derivar de este aprendizaje, si considera que no le servirá es muy probable que se elimine con la memoria a corto plazo. Por esta razón es tan difícil, en la mayoría de los hogares, evitar hacer cosas como rascar sitios específicos, aunque se puede enseñar a un gato a usar el raspador, no siempre es posible educarlo.
¿Hasta dónde puede llegar la memoria del gato?
Aún no existe un estudio que haya determinado la edad máxima de los recuerdos que puede almacenar un gato, es decir, qué tan atrás en el pasado es posible que entre su memoria. Algunas investigaciones apuntan a solo tres años, pero cualquier persona que tenga un gato puede relacionar comportamientos de este con situaciones que vivió hace mucho más tiempo.
Sin embargo, todavía no hay una opinión absoluta al respecto. Lo cierto es que no solo son capaces de recordar situaciones que pueden ser favorables o desfavorables, para saber si repetirlas o no y cómo reaccionar ante ellas, sino que también almacenan la identidad de las personas y otras mascotas (y sensaciones) que van acompañadas de esa experiencia vivida con ellos, además de tener memoria espacial.
Gracias a esta memoria espacial es gato es capaz de aprender muy fácilmente la ubicación de los objetos de la casa, especialmente aquellos que más te interesan, como tu cama, tus cuencos y tu arenero, y notar cuando agregas al mueble cualquier pieza. que no estaba allí antes.
¿Te sorprende que tu gato salte a la cama unos minutos antes que tú? Unos pocos días viviendo contigo es suficiente para memorizar toda tu rutina, para que sepa cuándo te vas a ir, a qué hora te despiertas, cuándo puede acurrucarse contigo para dormir, y un largo etcétera.
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