No es ningún secreto que los gatos hacen maravillas por nuestra salud emocional y nuestro bienestar. El vínculo humano-animal que experimentamos al vivir y amar a un gato es realmente especial. Pero un nuevo estudio revolucionario realizado por investigadores de la Universidad de Missouri ha demostrado que los gatos son compañeros especialmente buenos para los niños con autismo, especialmente cuando se trata de mejorar las habilidades sociales y la ansiedad.
Financiado por HABRI (Human Animal Bond Research Institute), el nuevo estudio se publicó a principios de abril, justo a tiempo para el Mes de Concienciación sobre el Autismo, y se llevó a cabo para crear conciencia sobre los beneficios para la salud de los gatos domésticos y ayudar a encontrar más refugio para gatos sin hogar.
GATOS Y NIÑOS CON AUTISMO
El estudio de 18 meses involucró a niños con trastorno del espectro autista (TEA) emparejados con gatos de refugio que fueron evaluados previamente para determinar su temperamento utilizando la herramienta de evaluación Feline Temperament Profile (FTP), que los refugios utilizan para identificar objetivamente gatos de temperamento tranquilo para colocarlos eficazmente en un hogar adecuado. El impacto en niños y gatos fue monitoreado durante todo el proyecto.
Los resultados del estudio demostraron que existen muchos beneficios de adoptar un gato de refugio con temperamento controlado para familias de niños con autismo.
LOS 3 BENEFICIOS PRINCIPALES DE LA PROPIEDAD DE UN GATO PARA NIÑOS CON AUTISMO
El estudio exploratorio encontró que la introducción de un gato en el hogar puede tener un impacto positivo en los niños con TEA y sus padres. Éstos son algunos de ellos:
1. MEJORA DE LA SALUD EMOCIONAL
El estudio encontró que después de la adopción de un gato de refugio con temperamento controlado, los niños experimentaron una variedad de mejoras positivas en la salud emocional, que incluyen:
- Mayor empatía
- Menos ansiedad por separación
- Menos bullying
- Menos hiperactividad
2. DESARROLLO DE UN VÍNCULO FUERTE HUMANO-ANIMAL
El estudio también encontró que los niños y los padres desarrollaron fuertes vínculos con su nuevo gato casi inmediatamente después de la adopción, a pesar de la responsabilidad adicional de cuidar a un nuevo miembro de la familia. También determinó que los lazos no fluctuaron con el tiempo, lo que significa que la presencia de un gato en la vida de estas familias fue consistentemente positiva.
3. LOS GATOS SON FÁCILES DE CUIDAR
El cuidado de un niño autista puede traer consigo su propio conjunto único de desafíos para los padres, pero el estudio encontró que traer un gato al hogar no creaba una carga excesiva o adicional en la familia que pudiera afectar el cuidado de un niño con autismo. Además de tener que alimentarlos, recoger y cambiar su arena y darles algo de amor y afecto, los gatos facilitan su cuidado.
Los amantes de los gatos ya saben que los felinos son las mejores mascotas, en parte por lo cariñosos y poco cuidadosos que pueden ser, pero los resultados de este nuevo estudio demostraron aún más que la conducta tranquila de un gato lo convierte en un compañero verdaderamente perfecto para los niños con autismo.
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